“El arte es una puerta abierta hacia el infinito” (Benedicto XVI). La Basílica Pontificia de San Miguel, por su relevancia histórico-artística y su larga tradición de música sacra, con un órgano reconocido como uno de los mejores de Madrid, es un lugar privilegiado para el “Camino de la BELLEZA”, donde todas las personas -creyentes y no creyentes- pueden vivir una experiencia singular de encuentro con la BELLEZA que se irradia en el mundo y en cada persona que lo habita; para los creyentes puede suponer, además, un ámbito de encuentro con Dios. Para todos será la oportunidad de dejarse impregnar libremente de elementos que ayuden a “construir” la obra de arte que es la existencia de cada una y de cada uno.

Este “Camino de la BELLEZA” se encarna como un proyecto espiritual, cultural y social. Trata de aportar luz en la oscuridad, grandeza ante la fragilidad, esperanza ante el desánimo y el desconsuelo.

Un proyecto espiritual, que comprende la Basílica como:

• Un lugar acogedor para todos, creyentes y no creyentes, en un ámbito de diálogo abierto y fecundo.
• Un lugar de encuentro sincero con uno mismo, con los demás y -para quien lo desee- también con Dios. 
• Un lugar donde compartir experiencias de BELLEZA, porque el amor a la BELLEZA y la experiencia del encuentro con ella es siempre un punto de unión.
• Un lugar donde “reencontrarse con sus raíces” personas que han tenido una relación existencial con la Basílica.
• Un lugar abierto a la juventud y sus inquietudes nobles, y a los mayores y su experiencia de vida.
• Un lugar de encuentro con la Belleza a través de la liturgia sagrada y la oración (celebración, predicación, música sacra, etc.).